enero 09, 2010

Ser médico es cada vez más difícil



Diario La Prensa - Ciencia y Salud - 20.12.2009 - Por Agustina Sucri 

Mientras el implacable crecimiento de la tecnología y las investigaciones científicas suponen trascendentes avances en el área de la salud, los profesionales de la medicina deben afrontar mayores obstáculos y menor libertad en su desempeño laboral. El doctor Manuel Luis Martí, miembro de número de la Academia Nacional de Medicina, describió los factores que hoy dan lugar a este complicado escenario.


- ¿De qué forma fue cambiando la profesión del médico a lo largo del tiempo?
- La medicina siempre se fundamentó en la relación entre dos personas; una relación ligeramente asimétrica porque se trata del enfermo que necesita del médico. Pero en la medicina, tal como se la concibe desde hace 25 siglos -desde Hipócrates-, la relación es absolutamente horizontal, si bien es asimétrica, nadie es más que otro.

El fundamento de la medicina es esa relación: el hombre con el hombre, el médico con el paciente y el paciente con el médico, lo que consituye también un contrato consensual.
Hasta bien avanzado el siglo XX, esa relación se mantenía bastante bien. La relación era entre el médico y el paciente, sin intermediarios. Había una relación directa en los consultorios y hospitales donde se operaba. Todo esto se daba dentro de una lógica bastante normal, con honorarios normales. La medicina privada no era un lujo sino que todos teníamos el médico que venía a la casa, el médico de familia, que no tenía una actitud paternalista sino que tenía una actitud de querer mejorar las cosas y de confiar en sus propias fuerzas.
- ¿Qué factores cambiaron estas circunstancias?
- Hubo dos hechos fundamentales que modificaron esa relación. El primero es el aumento de la tecnología. La tecnología, sin ser negativa, es un intermediario entre el médico y el paciente. Es una herramienta útil, sin dudas. Antes el médico se arreglaba con el estetoscopio y con sus manos. Ahora tiene una serie impresionante de medidas diagnósticas que le permiten conocer mucho más de su enfermo y orientarse mucho mejor en la terapéutica.
Otro problema que divide esa relación médico-paciente son las instituciones médicas, que están vinculadas con la tecnología, porque al crecer la tecnología en una forma geométrica, tiene un costo muy alto. Ese costo tiene que ser cubierto por lo menos en parte por un seguro médico. Así fue que aparecieron las mutualidades, luego las obras sociales y finalmente las instituciones prepagas. Las prepagas palian -en cierta forma- ese notable incremento del costo tecnológico.
Por lo tanto, primero teníamos el hombre enfermo con el médico. Después, el hombre enfermo con la tecnología y con el médico. Y ahora tenemos el hombre enfermo con la tecnología, con el médico y con las instituciones de tipo de seguro -que son las prepagas y las obras sociales-. Hay una serie muy notable de obstáculos en esa relación.
COSTO TECNOLOGICO
- ¿Este panorma tiene sus ventajas y desventajas?
- Exactamente. Las ventajas son que los costos muy altos -como es una forma de mutualización, de seguro- se puede repartir un poco mejor. Uno puede utilizar todos los medios tecnológicos a su alcance, pero llega un momento en que el aumento de la tecnología es tan grande que no se puede cubrir de ninguna forma.
Entonces aparece el sanitarismo con la idea del costo-efectividad o costo-beneficio. Es así que el médico, que era un profesional libre, se ve constreñido no solamente por todas las medidas tecnológicas y las instituciones intermediarias, sino también porque está vigilado por un señor -que en general no es médico- o por una estructura -que habitualmente no está manejada por médicos sino por gerenciadores- que le dicen "usted no puede utilizar esta tecnología que está usando porque es muy cara".
Además, existe otro hecho que es la medicina basada en la evidencia; todos los trabajos científicos tienen una conclusión y esas conclusiones son las que valen. Esa medicina basada en la evidencia depende de los resultados de una serie importante de trabajos científicos, que se modifican todos los días.
- ¿Es decir que si el médico quiere optar por otra alternativa terapéutica distinta a las conclusiones alcanzadas por los trabajos científicos, no puede?
- Es muy difícil, y en especial que sea acorde al sanitarismo. En último término, la idea del sanitarismo es también una idea económica, porque siempre está el costo de por medio.
Ahora hay una gran controversia con respecto a las mamografías en los Estados Unidos, pretenden que la mamografía se haga a partir de los 50 años y no a partir de los 40. Porque entre 40 y 50 años hay 3 por mil cánceres de mama y de los 50 en adelante hay 15 por mil. Entonces, por cuestiones de costos, las personas de entre 40 y 50 años se quedan sin mamografía. Ahora cuando yo como médico estoy frente a una señora que tiene 43 años, no le puedo decir que no le vamos a hacer la mamografía porque sólo hay 3 casos de cáncer por mil nada más. Ella puede preguntarme "¿y si me toca?" Bueno, si le toca, se joroba. A esa señora que le toca, no es el 3 por mil; es el 100 por ciento. Todo es así, el 0% o el 100%. Yo no puedo -como está ocurriendo, de manera lamentable- llevar un pensamiento de tipo sanitario a la relación personal.
El otro asunto es que si yo llevo toda la tecnología a la relación entre médico y paciente, es imposible de mantener por ninguna seguridad social, ni por ninguna prepaga, ni por ningún servicio.
Este es el problema básico. Y el problema cae sobre los hombros del médico, la responsabilidad siempre es del médico.
DESHUMANIZACION
- ¿La situación económica de los médicos también ha empeorado?
- El costo de la tecnología es tan alto que se lleva todo el dinero de los gastos en salud. Eso lo paga el médico. El médico hoy tiene unos honorarios ridículos, creo que un parto se paga 70 pesos. Primero los médicos eran empleados de las prepagas; después se los quitó de empleados y se los puso en su propio consultorio, con todos los gastos a su cuenta, sin ningún tipo de seguridad social para ellos; y en este momento el médico es un ser que es un profesional libre, pero que no tiene nada de libertad. Es libre para las cosas malas, porque tiene todas las responsabilidad y además la gente como no tiene la relación con le médico que debería tener -porque está a través de la tecnología, de las instituciones y del pensamiento sanitario- no tiene esa confianza que tenía antes en la medicina.
- Por esos precios irrisorios que terminan cobrando los médicos, las consultas tienen que ser muy breves para poder lograr una mayor cantidad.
- Es es el otro problema, cada 15 minutos tenés que ver a un paciente. Ocurre que al no haber una relación humana y al tener una institución a la que el individuo paga, cuando no recibe lo que él quiere o lo que le parece que debería ser, entra el abogado. Lo peor de todo es que la responsabilidad es siempre del médico. Es notable que todo el negocio esté en manos de otras personas -que son los tecnólogos, las instituciones prepagas y los seguros- y la responsabilidad de todo la sigue manteniendo el médico. El médico tiene una lucha agónica constante entre lo que debe hacer y lo que no puede hacer, porque se lo prohíben.
- Esta deshumanización de la medicina ¿puede llegar al límite de hacer desaparecer la figura del médico y que éste sea reemplazado por desarrollos tecnológicos?
- Eso nunca va a funcionar mucho. A la gente tampoco le gusta eso.
- ¿Es posible revertir esta encrucijada en la que se encuentran los médicos?
- Es muy difícil. El que tuvo una muy buena idea fue el doctor Ernesto Quirno. El fundó el Centro de Estudios Médicos y de Investigación Clínica (Cemic), vio que iba a pasar lo que iba a pasar con la medicina y pensó que se podían juntar varios médicos, trabajar y hacer una medicina buena, sin un gerenciador. Lo comenzó a hacer y está manejado por médicos.
Una alternativa sería que el médico tuviera la oportunidad de tomar decisiones, aunque los gerenciadores le tienen mucho temor a eso porque el médico quiere hacer las cosas bien. Y sin embargo, se pueden hacer las cosas bien.
MAYOR INTERES
- ¿Advierte que la gente se interesa cada vez más por su salud, por esta bien?
- La gente se interesa, la prueba está en que diarios como La Prensa tienen un suplemento Ciencia y Salud. La gente se preocupa más por su calidad de vida, por los gastos que tiene que hacer para mantener esa calidad de vida. Y también se interesa a través de internet. Ya el paciente tiene un conocimiento y si no lo tiene entra en internet y lo busca.
- Esta última alternativa de consultar internet tiene sus riesgos...
- Sí, porque la medicina es una ciencia biológica, no es una ciencia exacta. Muchos pacientes vienen y exigen que les digamos el porcentaje de curación que tendrá. Y hay que contestar: 0 ó 100. El paciente muchas veces exige una respuesta que no se le puede dar.
- Qué le diría a los médicos que recién comienzan a transitar esta profesión sobre los valores necesarios para "sobrevivir" en este contexto y además cumplir con su vocación.
- Sin vocación no existe la medicina porque es imposible ejercerla si uno no tiene las ganas. Frente a la enfermedad, al dolor, a la muerte, hay dos actitudes en el hombre: la huída o el acercarse solidariamente. Todos los médicos tienen esta segunda actitud, la de acercarse solidariamente. En este sentido, la medicina es la profesión que más gratifica el espíritu. Pese a que esa vocación es explotada por una serie de estructuras, pese a la pobreza, los problemas y las persecuciones judiciales, el médico tiene una gran gratificación cuando puede cumplir con su vocación.
 

http://www.laprensa.com.ar/350577-Ser-medico-es-cada-vez-mas-dificil.note.aspx votar

1 comentario:

  1. Los médicos no son los únicos dentro del sistema de salud que "quieren hacer las cosas bien"

    Está respuesta fue publicada en la web del Diario La Prensa, como mi comentario a la nota.
    Gracias!! a mí amiga, la Silvia Mascaro que me permitió leerla.

    Le agradezco está nota al Dr. Martí, ya que pone la mirada en un grave problema de nuestro sistema de salud.
    La situación que usted plantea se desarrolla dentro del sistema de salud argentino, un sistema fragmentado y que aborda los problemas de salud de la población que asiste como sólo médico, y no como problemas que debe afrontar todo el equipo de salud, y considerando todos los determinantes sociales de la salud. Otros sistemas de salud han encontrado mejores respuestas con este tipo de abordaje.
    Creo personalmente que hoy el más grave problema es poder garantizar el acceso de toda la ciudadanía a las mejores respuestas a sus enfermedades (a veces esa respuesta no la brinda la última tecnología, ni la más costosa) y que no quede librada a su capacidad de pago.
    Si consideramos a nuestra Constitución, como un conceso social donde acordamos como sociedad que obligaciones y derechos tenemos todos los ciudadanos, el derecho a la salud de “Todos” los ciudadanos argentinos está incluido dentro de estos derechos, pero no es así en la práctica, la asignación de todos los recursos (humanos, económicos, etc.) es la forma de concretarlo. Entra la abogacía en escena cuando existe una falta de cumplimiento de esos derechos contemplados en nuestra Constitución, aunque debo destacar que existen muy pocas intervenciones en los sectores más desfavorecidos económicamente.
    En la Argentina los directores de los hospitales públicos son médicos, en Canadá no pueden serlo, solo admiten profesionales formados en gestión porque consideran que un médico llega a los cargos directivos cerca de los cuarenta años, con más de veinte años formados en su profesión de médico y no en gestión, administrar un hospital es más complejo que un hotel, porque es una organización que brinda más servicios que un hotel.
    Los médicos no son la única profesión dentro del sistema de salud que quieren “hacer las cosas bien”. Cordialmente, por una Argentina más Saludable.

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